Hace algunos años, me encontraba suspendido del costado de un avión, a más de 900 metros de altura y a una velocidad de casi 2415 km por hora. No es mi lugar favorito, bamboleándome por el cielo, asomándome por fuera del avión. Pero tenía una buena razón. Me encontraba grabando un video de 4K de un piloto en un show aéreo volando con nosotros en formación cerrada. Las hélices de este bólido, arañando el aire a casi 2.500 RPM, estaban escasamente a un poco más de 3 metros de mi cabeza. Y aunque estaba contento porque el viento era suave, era tan solo un día más en la oficina.
Estaba utilizando una de las entonces nuevas videograbadoras 4K de Sony y, una vez en tierra firme y sentado frente a mi Mac, el material lucía sorprendente. Tan bueno en realidad que, cuando pasé algo del material a una pantalla de 4K, sentí que podía entrar al monitor y colocar mi mano sobre el ala mixta y suave.
Cuando entregué el cortometraje final al piloto del show aéreo, también le envié algunas hermosas fotos que obtuve del material. Estos fotogramas se veían tan buenos como cualquier foto de una DSLR profesional. Y eso me llevó a pensar en grabar una historia linda o de moda con una cámara cinematográfica de 4K con el único objetivo de extraer tomas fijas. Entonces lo hice, y desde ese entonces he estado extrayendo fotogramas de archivos de video en 4K.
Capacidad, demanda y resolución. El comienzo de la convergencia
Durante la mayor parte de mi carrera, he sido un fotógrafo de tomas fijas, especializándome en retratos de celebridades, moda, belleza, aviación y rodeos. Sin embargo, en los últimos años, realicé una transición hacia el video y el año pasado produje y realicé un par de largometrajes. Una de estas películas, Three Days in August, se estrenó esta primavera en el Dallas International Film Festival. Se trata también del primer largometraje realizado exclusivamente con una cámara Alpha Sony, la α7R II.
Cuando realicé esas grabaciones de moda y en el avión a finales de 2013 y comienzos de 2014, utilicé la cámara de cine digital Sony F55 con sensor grande (era una de las pocas cámaras capaces de hacerlo en ese momento). La resolución de 4K es de 3840 x 2160(UHD) o 4096 x 2160(DCI). Esta resolución trabaja con cerca de 8,3 megapixeles por cuadro. Supuse que esto sería una resolución suficiente para extraer tomas fijas de suficiente calidad para exhibir en revistas, especialmente con unos pequeños ajustes con photoshop. Y funcionó maravillosamente. Actualmente, hago lo mismo con mis cámaras α7R II, α6300 y α7S II.
Recientemente, más y más clientes solicitan contenido con movimiento, además de tomas fijas. Esta convergencia entre video y fotografía ha ido creciendo durante algunos años y realizar videos y editarlos es algo que muchos fotógrafos deberían añadir a su conjunto de habilidades.
Cómo hacerlo
Una de las primeras cosas que los realizadores de videos principiantes aprenden son las configuraciones de la cámara para grabar videos y para tomar fotos. Una de las principales reglas de oro es utilizar una velocidad de obturación que es dos veces su secuencia de cuadro. Esto nos da un equivalente a un ángulo de obturador de 180 grados y es lo que se considera una apariencia cinematográfica. Algo central a esta apariencia cinematográfica es una pequeña cantidad de efecto de movimiento. Ya que quería maximizar la cantidad de cuadros que podía elegir, decidí minimizar este efecto de movimiento y capturar imágenes claras y definidas.
Para minimizar el efecto de movimiento para mis tomas de moda, selecciono una velocidad de obturación más alta que la estándar de 1/50 segundos, que normalmente correspondería a mi frecuencia de cuadro de 24 fps. Esta velocidad de obturación más alta es lo suficientemente rápida como para limitar la distorsión, pero al mismo tiempo lo suficientemente lenta como para mostrar un poco de movimiento en el cabello, por ejemplo. Sugiero firmemente realizar algunas pruebas de cámara por su propia cuenta para determinar qué velocidad de obturación le proporciona el efecto que usted desea. Tener algunos filtros ND a mano es también muy útil para realizar las configuraciones de cámara y lentes que desea.
Una vez que tengo la grabación, utilizo una aplicación gratuita llamada Catalyst Browse para desplazarse por secuencias y encontrar los cuadros que deseo convertir en tomas fijas. Adobe Premier Pro también tiene un botón con el ícono de una cámara con el cual obtendrá un TIFF directamente de su línea de tiempo. No conozco tanto el conjunto de características de otras soluciones NLE, por lo que no puedo realizar comentarios sobre ello. Prefiero la simplicidad del Catalyst Browse, sobre todo si estoy buscando específicamente extraer tomas fijas.
Arriba: Catalyst Browse, Adobe Premiere Pro
También aprendí que a medida que reviso cuadro por cuadro en mis selecciones, existe un delgado equilibrio entre la habilidad de capturar el perfecto momento una y otra vez a 24 fps y la sobresaturación. Pienso que la clave es no excederse. Yo mantengo mi modelo en movimiento y lo hago detenerse en los momentos claves para asegurarme de que tengo las tomas.
Una vez que realizo una selección en mi línea de tiempo, marco cada cuadro, descarto lo que no me interesa y los proceso con el Catalyst Browse como archivos DPX. Cada archivo DPX de mi 4K grabado internamente con el Sony α7R II tiene un tamaño de un poco más de 47 MB y Adobe Photoshop los reconoce y me permite abrirlos. Luego de un adecuado retoque, guardo un TIFF como final para enviarlo al cliente y un JPEG más pequeño para las redes sociales y otros usos. También guardo una versión del DPX para archivarlo, en cierto modo, como mi negativo digital. Photoshop guarda DPX como archivos Cineon.
Este flujo de trabajo de video a toma fija es muy similar al proceso de posproducción que normalmente uso en un proyecto fotográfico. Por ejemplo, voy a importar archivos RAW de mi cámara Sony α7R II a mi Mac, editar y darle grados de color a mi selección RAW con Phase One Capture One, y luego convertir esos archivos como TIFF de alta resolución para mayor refinamiento y retoque con Photoshop.
Algo que es prioritario cuando se trabaja con un modelo con esta técnica es que cuando la cámara está en funcionamiento, a menos que estén realizando tomas fijas, no hay un clic para la obturación. Descubrí que mi dirección de modelo tiene que ser continua y aun más específica que lo usual, ya que muchos modelos confían en el clic de la obturación para todo, desde la confirmación hasta el ritmo y el impulso. Sin el feedback de ese clic, me encontraba en un constante monólogo con mi modelo y podía ver que se trataba de un ajuste que tomaba apenas un momento.
Veo que la “cinefotografía” se está volviendo cada vez más popular y se está convirtiendo en otra opción para aquellos fotógrafos que buscan llevar la convergencia entre toma fija y video al siguiente nivel, porque ya contamos con la tecnología para ello.
*La disponibilidad de los productos aquí mostrados varía entre localidades. Para más información de su existencia por favor ingresa al Website de Sony de tu país.